La gestión del conocimiento en los servicios farmacéuticos de La Habana

ARTÍCULO ORIGINAL

 

La gestión del conocimiento en los servicios farmacéuticos de La Habana

 

Management of Knowledge in the pharmaceutical services of Havana

 

 

Liliana Mateu López1
Caridad Sedeño Argilagos1
Vivian Estrada Sentí2
Ileana García Rivera3

1Instituto de Farmacia y Alimentos de la Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
2Universidad de las Ciencias Informáticas. La Habana, Cuba.
3Hospital Universitario General Calixto García. La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

Objetivo: Diagnosticar el estado de los servicios farmacéuticos en La Habana, respecto al tratamiento de la información, el conocimiento y su gestión.
Métodos: Se diseñó un cuestionario empleando el método de tormenta de ideas. Se analizó la validez de contenido mediante criterio de expertos y fue evaluado según los criterios de Moriyama. Se aplicó a una muestra piloto de 30 profesionales de los servicios farmacéuticos y con estos resultados se determinó la fiabilidad del instrumento, por el método de consistencia interna. Se aplicó a 287 profesionales de los servicios farmacéuticos hospitalarios y comunitarios. Se empleó la estadística descriptiva.
Resultados: Participaron nueve expertos. Mediante dos rondas de evaluación el cuestionario quedó conformado por dos acápites, la caracterización de los profesionales según edad, sexo, titulación, categoría docente o científica, tiempo de experiencia laboral, responsabilidad y lugar de trabajo y otro al diagnóstico de la infraestructura tecnológica, actividades de sistematización, cultura organizacional y habilidades de aprendizaje. La fiabilidad fue excelente. Se obtuvo que los farmacéuticos tienen acceso limitado a las tecnologías y a la documentación para realizar los procesos. Carecen de espacios para socializar el conocimiento, participan en escasas investigaciones y comparten poco sus resultados científicos. No reconocen a los expertos en las diferentes áreas, solo la mitad tiene plan de capacitación y necesitan formación en los procesos vinculados al paciente.
Conclusiones: El diagnóstico identificó que en los servicios farmacéuticos no está implementada la gestión del conocimiento. Los farmacéuticos reconocieron la necesidad de la gestión del conocimiento e identificaron acciones para su implementación.

Palabras clave: gestión del conocimiento; socialización; cuestionario; validación.


ABSTRACT

Objective: Diagnose the status of pharmaceutical services in Havana regarding the treatment of information, knowledge and management.
Methods: It was design a questionnaire using the brainstorm method. The validity of its content was analyzed by expert criteria and evaluated according to Moriyama criteria. It was applied to a pilot sample of 30 professionals of pharmaceutical services and with these results was determined the reliability of the instrument, by the internal consistency method. Questionnaire was applied to 287 professionals of the pharmacy services at hospital and community levels. Descriptive statistics was used.
Results: Nine experts participated. Through two rounds of evaluation the questionnaire was made up of two sections, the characterization of the professionals according to age, sex, degree, teaching or scientific category, time of experience, responsibility and place of work, and another to the diagnosis of the technological infrastructure, activities of systematization, organizational culture and learning skills. The reliability obtained was excellent. Pharmacists have limited access to technologies and documentation to carry out the processes. They have no spaces to socialize knowledge; they do not have enough participation in research nor sharing scientific results. They do not recognize the experts in different areas, only half of them have a training plan and in a general sense, they need training in the processes related to the patient.
Conclusions: The diagnosis identified that knowledge management is not implemented in pharmaceutical services. Pharmacists recognize this problem and proposed actions for implementation.

Key Words: Knowledge management; socialization; questionnaire; validation.


 

 

INTRODUCCIÓN

El interés del hombre por conocer y transformar su realidad ha conllevado a un continuo desarrollo de las ciencias y a la consecuente producción de conocimiento. Este proceso cíclico y sistémico ha traído consigo una abundancia de conocimientos que, a diario, se crea y se difunde rebasando incluso los espacios físicos donde pueda almacenarse y más allá de su asimilación, utilización y transferencia.1

Desde la antigüedad, el estudio y la noción de conocimiento han sido abordados por filósofos, economistas y profesionales de varias especialidades,2 y se ha convertido en el activo más valioso que atesora una organización y de su correcta gestión dependerá el futuro de la propia organización.3En las organizaciones existe gran cúmulo de conocimientos, capacidades y competencias no explicitadas, y en ocasiones ni siquiera se conoce su existencia,4 de ahí la importancia de desarrollar acciones que permitan su gestión. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2005, a través de su estrategia de gestión del conocimiento (GC), definió las orientaciones estratégicas en materia de GC a saber: mejorar el acceso a la información sanitaria mundial; traducir los conocimientos en políticas y acción; compartir y aplicar los conocimientos derivados de la experiencia; potenciar la eSalud, o sea el conjunto de TIC que se emplean en el entorno sanitario en materia de prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y gestión de la salud en los países y fomentar un entorno propicio.

En el Undécimo Programa General de Trabajo 2006-2015 se reconoce el déficit de conocimientos como un problema estratégico fundamental e incluye como función básica de la OMS "…determinar las líneas de investigación y estimular la producción de conocimientos valiosos, así como la traducción y divulgación del correspondiente material informativo".5 En el 2011, fue aprobada la nueva Estrategia de GC y comunicaciones para todas las entidades de la Oficina Sanitaria Panamericana (OSP), que sirve como guía para todas las entidades, incluyendo oficinas de país y centros especializados de la Organización para la adopción de prácticas, políticas, normas y procedimientos de GC y comunicaciones. En esta estrategia se define el último estado deseado: la OPS como catalizador del uso eficiente de la comunicación para el logro y el mantenimiento de la salud y el plan de acción sobre gestión del conocimiento y comunicaciones para el período 2011-2017.6

Unido a los esfuerzos que realizan las organizaciones internacionales, una de las normas de gestión empresarial más comúnmente aceptadas, la norma ISO 9001:2015,7 hace mención explícita del conocimiento como recurso clave y define los requerimientos necesarios para su gestión. Ello pone en evidencia el reconocimiento de la GC como un elemento clave de la gestión y su necesario establecimiento para acreditar que se dispone de un sistema de gestión orientado al control de la calidad de sus productos y servicios, así como para mejorar la coordinación y la prestación de servicios en la esfera de la salud para aumentar su eficiencia, disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad, lo que le permitirá adecuarse y prever nuevos contextos en el ámbito sanitario.

En el boletín bibliográfico para la toma de decisión del directivo del Ministerio de Salud Pública de Cuba se plantea que: se identifica a la gestión del conocimiento como un nuevo enfoque gerencial, que reconoce y utiliza el valor más importante de las organizaciones, el recurso humano y el conocimiento que los humanos poseen y aportan a la organización, y que la política del Estado cubano es respaldar e impulsar la aplicación de las técnicas de GC en las organizaciones en aras de alcanzar mejores resultados. Igualmente citan un conjunto de factores que favorecen la aplicación de las técnicas de GC, por ejemplo: el sistema de ciencia e información tecnológica, el perfeccionamiento empresarial, el perfeccionamiento de las entidades de ciencia y técnica, la estrategia de informatización de la sociedad cubana y la política nacional de información.8

A pesar de lo anteriormente expuesto, en Cuba el tránsito hacia la gestión del conocimiento ha sido lento. Los Servicios Farmacéuticos (SF) pertenecen a los sistemas de salud y sus recursos no son sólo tangibles, existen saberes no escritos, conocimientos que deben marcar la diferencia estratégica y ser puestos al alcance de todos los integrantes de la organización. De ahí que se deba gestionar el conocimiento para que cada farmacéutico, desde su puesto de trabajo pueda acceder a la información interna de los servicios de farmacia.

Gestionar el conocimiento es, organizar el capital intelectual con la finalidad de añadir valor a los productos y servicios que se ofrece en la farmacia para ser más competitivos, o lo que es lo mismo, para tomar las decisiones más correctas.9

Para emprender el complejo camino hacia la gestión del conocimiento se hace necesario, como primer paso diagnosticar el estado actual que presentan los servicios farmacéuticos en La Habana, respecto al tratamiento de la información, el conocimiento y su gestión.

 

MÉTODOS

Para diagnosticar aspectos relacionados con el papel del conocimiento y su gestión se diseñó y aplicó un cuestionario (en los ámbitos comunitario y hospitalario) tomando como base diversas investigaciones consultadas, así como la aplicación del método de tormenta de ideas.10,11

El cuestionario quedó conformado por cuatro dimensiones: Infraestructura tecnológica y de software, Sistematización, Habilidades de Aprendizaje y Cultura Organizacional.

Para garantizar la validez relacionada con el contenido del cuestionario se realizaron consultas con expertos aplicando el Método Delphi.13,14

Criterios de selección de los expertos:

1. Poseer el título de máster en Farmacia Clínica o el grado de doctor en ciencia.

2. Tener 10 años de experiencia o más en los servicios farmacéuticos o en el ejercicio de la docencia.

3. Obtener un coeficiente de competencia mayor que 0,50.

Se calculó el número óptimo de expertos a considerar (9), a partir de la población de expertos estimada y se determinó el coeficiente de competencia de cada uno mediante el cálculo del coeficiente K, para el cual fue aplicada la siguiente fórmula:15

K = ½ (kc + ka)

Donde:

K es el coeficiente de competencia;

kc es el coeficiente de conocimiento o información que tiene el experto acerca del problema;

ka es el coeficiente de argumentación o fundamentación de los criterios del experto.

El valor de kc se obtiene al procesar la planilla de autoevaluación en la cual cada experto evalúa, en una escala de 1 a 10, su experticia en el campo donde se ubica el problema, en este caso, los servicios farmacéuticos. El valor ka se determina en la misma planilla, a partir del grado de influencia que han tenido diferentes fuentes en el conocimiento de cada uno de los expertos, clasificándolas en Alto (A), Medio (M) y Bajo (B). El coeficiente de competencia se debe encontrar en el rango 0,25 £ k £ 1.

La revisión del instrumento se efectuó en dos rondas y los expertos evaluaron los ítems de los cuestionarios a través de los criterios de Moriyama,16 estos criterios son:

Razonable y comprensible: Se refiere a la comprensión de los diferentes ítems a evaluar con relación a la categoría que se pretende medir.

Sensible a variaciones en el fenómeno que se mide: Si el ítem es capaz de discriminar entre diferentes grados de respuesta.

Con suposiciones básicas justificables e intuitivamente razonables: Si se justifica conceptualmente la inclusión del ítem en la sección.

Con componentes claramente definidos: Si el ítem se expresa claramente.

Para validar la confiabilidad de los cuestionarios, se determinó el coeficiente de consistencia interna Alfa de Cronbach.17,18 Para evaluar los coeficientes obtenidos se siguieron los criterios recomendados por George y Mallery,19 debido a su amplia utilización y a los resultados obtenidos con su aplicación.

Estos criterios son:

Coeficiente alfa > 0,9 es excelente

Coeficiente alfa > 0,8 es bueno

Coeficiente alfa > 0,7 es aceptable

Coeficiente alfa > 0,6 es cuestionable

Coeficiente alfa > 0,5 es pobre

Coeficiente alfa < 0,5 es inaceptable

APLICACIÓN DEL CUESTIONARIO

El cuestionario se aplicó en los servicios farmacéuticos, de los tres niveles de atención (primario, secundario y terciario), de la provincia La Habana. Se realizó un muestreo intencional tomándose el 60 % la población de los 15 municipios de La Habana. La muestra seleccionada fue de 172 profesionales de los servicios farmacéuticos comunitarios (SFC) y 115 de los servicios farmacéuticos hospitalarios (SFH).

Los resultados se procesaron empleando la estadística descriptiva y se calculó Chi cuadrado, para tablas de contingencia con el fin de establecer la relación existente entre la variable lugar de trabajo y el resto de las variables. Se utilizó el programa estadístico SPSS versión 22.

 

RESULTADOS

El grupo de expertos quedó conformado por 9 profesionales maestros en ciencia y doctores en ciencias, todo con coeficientes de competencia mayor que 0,70 (tablas 1).

A partir de los criterios expuestos por los expertos en las dos rondas de revisión, se realizaron modificaciones de redacción y relacionadas con la escala de evaluación, obteniéndose un acuerdo mayor del 80 % en todos los ítems. No se eliminó o incluyó ningún indicador quedando conformado el cuestionario por dos acápites. El primer acápite se destinó a la caracterización de los profesionales en cuanto a edad, sexo, titulación, categoría docente o científica, tiempo de experiencia laboral, responsabilidad y lugar de trabajo. El segundo acápite se dedicó al diagnóstico de aspectos relacionados con la infraestructura tecnológica y de software (tres preguntas), actividades de sistematización (cuatro preguntas), cultura organizacional (cuatro preguntas) y habilidades de aprendizaje (cinco preguntas). Se obtuvo un valor de coeficiente alfa de 0,87.

La muestra quedó conformada por 287 farmacéuticos. La cantidad de licenciados en Ciencias Farmacéuticas (141) y licenciados en Tecnología de la Salud fue similar (146). De los 287 farmacéuticos que integraron la muestra de estudio, 278 corresponden al género femenino.

En relación con la edad se aprecia que la mayoría de los farmacéuticos encuestados (144 encuestados) se encuentran en el rango de edad de 41 a 50 años, seguido del rango que comprende las edades de 51 a 60 años (76 encuestados). Solo 14 farmacéuticos se encuentran entre las edades de 23 y 30 años.

Los farmacéuticos que trabajan en la farmacia hospitalaria (FH) tienen un mayor acceso a computadoras, a Infomed, base de datos, plataformas web y al correo electrónico, que los que trabajan en farmacias comunitarias (FC). La prueba de independencia para tabla de contingencias, arrojó una asociación significativa, desde el punto de vista estadístico, entre la variable lugar de trabajo y las variables de acceso a recursos anteriormente mencionadas. Los valores de p(x2 ) se muestran en la tabla 2.

Los farmacéuticos encuestados, en el ámbito comunitario y hospitalario, plantean que las limitaciones para el acceso a la intranet que presentan limitan las acciones para gestionar conocimiento (FC-99,41 % y FH-99,13 %), y el acceso a plataformas que posibiliten la socialización y el intercambio de conocimiento (FC- 99,41 % y FH-99,13 %). No se encontró asociación significativa desde el punto de vista estadístico, entre las variables lugar de trabajo y acceso a internet (p- 0,662).

El 90 % de los farmacéuticos, en ambos tipos de farmacia, plantearon que tienen un acceso limitado a la bibliografía básica establecida en los manuales de normas y procedimientos cubanos, ya sea en formato digital o impreso. Se obtuvieron elevados niveles de acceso al Formulario Nacional de Medicamentos (tanto en el ámbito comunitario como en el hospitalario), observándose una independencia desde el punto de vista estadístico con respecto al lugar de trabajo (90,12 % en FC y 98,83 % en FH). Igualmente se observó que el texto al que menos acceso tienen los farmacéuticos (tanto en FC como en FH) es al diccionario médico (1 % en FC y 18,23 % en FH). No se encontró asociación estadística entre el lugar de trabajo y el acceso al texto. El acceso a textos de farmacología, a la farmacopea y a la guía terapéutica fue bajo en ambos tipos de farmacia, con mayor nivel de acceso de los farmacéuticos que trabajan en la FH. Esta diferencia fue significativa desde el punto de vista estadístico. Los resultados se muestran en la figura 1.

Otro aspecto importante y muy relacionado con el aprendizaje, es la participación en investigaciones. En este sentido se obtuvo que el 23,3 % de los farmacéuticos comunitarios y el 36,5 % de los farmacéuticos hospitalarios han participado en investigaciones en los dos últimos años.

El 91,13 % de los profesionales encuestados, refieren no haber divulgado nunca sus experiencias a través de publicaciones en boletines, sitios web, bases de datos, revistas científicas y eventos nacionales e internacionales. Este resultado es independiente del lugar de trabajo en todas las variables, menos en el caso de la divulgación a través de eventos internacionales, donde se observa que el 47 % de los encuestados en farmacias hospitalarias ha presentado trabajo al menos en una ocasión. En la figura 2 se aprecia que, aunque no es significativo desde el punto de vista estadístico, los farmacéuticos que laboran en el ámbito hospitalario han socializado más sus experiencias producto de la investigación.

 

Otro aspecto importante para el desarrollo de competencias y la gestión del conocimiento es la capacitación de los profesionales. En este sentido se obtuvo como resultado que el 52,3 % de los encuestados tiene definido un plan de capacitación de acuerdo a sus necesidades y 67,2 % ha participado en actividades de capacitación. No se observaron diferencias significativas desde el punto de vista estadístico con respecto al lugar de trabajo (p-0,064 y p-0,056). Se detectaron, a partir de los criterios de los encuestados en ambos tipos de servicios, necesidades de aprendizaje en: atención farmacéutica, farmacoeconomía, ensayos clínicos, gestión del conocimiento y la información, herramientas de comunicación, metodología de la investigación, técnicas de comunicación, manejo de información y educación para la salud.

Tan importante como los aspectos relacionados con la infraestructura tecnológica, y las habilidades de aprendizaje es la cultura organizacional. Por lo general los farmacéuticos refieren tener poco conocimiento de los aspectos relacionados con la gestión del conocimiento y la información, y no reconocen estrategias encaminadas a propiciar la socialización. Dichos profesionales no identifican, dentro de los SF, a los expertos en las diferentes temáticas relacionadas con la profesión, solo identifican expertos vinculados a las universidades. Tampoco identifican la existencia de canales o vías para la comunicación y la retroalimentación tales como foros de discusión o debates, talleres, comunicación por correo electrónico, chats entre otros que permitan compartir el conocimiento.

Los profesionales encuestados plantearon como acciones a realizar para implementar la GC en los SF las siguientes: diseño de una intranet (87,5 %), establecimiento de listas de discusión (75,9 %), diseños de plataformas web que permitan la socialización (80,8 %), creación de foros de debate (85,4 %), aumentar la cantidad de computadoras (99,3 %) y aumentar las actividades de capacitación (98,3 %). Estos resultados fueron independientes, desde el punto de vista estadístico, del lugar de trabajo.

 

DISCUSIÓN

La distribución respecto al género se debe a que, en las carreras de Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas y Tecnología de la Salud, junto a la especialidad de Servicios Farmacéuticos, se matriculan mayormente personas de este género. Los resultados obtenidos en cuanto a los rangos de edades se justifican porque los egresados del Instituto de Farmacia y Alimentos son ubicados, en su mayoría, en las industrias y los centros de investigación, sin embargo, los egresados de la carrera de Servicios Farmacéuticos, la mayoría se desempeñaban previamente como técnicos medio y trabajaban en los servicios farmacéuticos. Es imprescindible que ingresen a los SF nuevos profesionales pues se corre el riesgo de perder la experiencia acumulada por los trabajadores más antiguos, aun cuando se implementen acciones de GC que pueden favorecer la conservación del conocimiento generado y las mejores prácticas.

Los resultados obtenidos en cuanto al acceso a computadora, a Infomed, a intranet, a base de datos, a plataformas web y al correo electrónico que muestran un mayor acceso de los farmacéuticos que trabajan en las FH, se deben a que en las FC existe solo una computadora, que está destinada a las actividades de suministro. A esa computadora no tiene acceso todo el personal, lo que condiciona que se dificulte el acceso a los recursos informáticos y a los beneficios que se obtienen a partir de estos. Los farmacéuticos encuestados, en el ámbito comunitario y hospitalario, plantean que no cuentan con una intranet que permita el acceso al conocimiento ni a plataformas que posibiliten la socialización y el intercambio del mismo. En el sistema de salud existe la red Infomed que brinda la posibilidad de acceder a información y mostrar resultados de investigaciones a través de las revistas científicas, pero ofrece pocas oportunidades para la socialización de las mejores prácticas y para la interacción de los grupos de investigación.

Según se establece en los manuales de normas y procedimientos,20,21 la bibliografía mínima indispensable para brindar información en la farmacia está constituida por: farmacopea o texto monográfico de productos farmacéuticos, texto de farmacología, diccionario médico, guía terapéutica nacional y formulario nacional de medicamentos. En la presente investigación se obtuvo como resultado que los farmacéuticos, en ambos tipos de farmacia, tienen un acceso limitado a la bibliografía antes mencionada ya sea en formato impreso o digital. Es importante contar con acceso al Formulario Nacional de Medicamentos pues este texto resulta imprescindible para el trabajo del farmacéutico, pero no es suficiente para alcanzar los niveles de desempeño deseados en cuanto a los procesos orientados a los pacientes. Es igualmente importante para el desempeño en los procesos orientados al paciente y que tienen que ver con las funciones clínicas del farmacéutico, contar con acceso a diccionarios, textos de farmacología, la farmacopea y la guía terapéutica.

Resulta difícil que el farmacéutico se mantenga actualizado, que brinde información sobre medicamentos, que muestre altos niveles de desempeño en todas las competencias recomendadas por los organismos internacionales y que genere nuevos conocimientos, si no tiene acceso a un fondo bibliográfico que respalde su actividad clínica.

Es importante que exista acceso a los manuales de normas y procedimientos y al programa nacional de medicamento, pues son documentos metodológicos que norman la actividad tanto en el ámbito comunitario como hospitalario, pero estos no son suficientes para garantizar que se desarrollen adecuadamente todos los procesos. El limitado acceso a documentación relacionada con los procesos orientados al paciente, es debido a la no existencia de esta. En algunos SFH existen los procedimientos escritos, mientras que en casi la totalidad de las farmacias comunitarias no existe evidencia de tales documentos.

Sobre los factores que, a juicio de los farmacéuticos, influyen en los aspectos anteriormente discutidos se obtuvo que existe bajo conocimiento de los directivos sobre la GC, baja preparación para el manejo de las tecnologías, problemas de infraestructura tecnológica, inexistencia de vías de comunicación que permitan compartir la información y el conocimiento, no contemplación de elementos de gestión del conocimiento y la información en los protocolos de los procesos que se desarrollan y en los manuales de farmacia comunitaria y hospitalaria.

La investigación se encuentra dentro de los procesos orientados al paciente y es contemplada en la Guía de criterios de calidad propuesta por el investigador Cuba en 2013. Igualmente es una de las competencias que debe exhibir el farmacéutico para cumplimentar la función social que de él se espera. La baja participación de farmacéuticos en investigaciones es similar al resultado encontrado por Cuba, quien apreció una limitada participación en estos procesos, y se evidenció que pocas veces se ejecutan estudios farmacoeconómicos, sobre reacciones adversas y problemas relacionados con el uso de medicamentos.

Estrechamente vinculado al proceso de investigación, se encuentra la divulgación de los resultados científicos obtenidos. El alto porcentaje de farmacéuticos que no ha divulgado sus resultados científicos puede estar determinado por dos causas; la primera se relaciona con el limitado acceso a la información y la segunda a la poca participación en investigaciones (aspecto que puede haber influido en la respuesta a la pregunta relacionada con las vías de socialización). La mayor participación en eventos internacionales por parte de los farmacéuticos hospitalarios, puede estar influenciado al mayor acceso a Infomed y por tanto un mayor acceso a las convocatorias unido a una mayor dedicación a la actividad clínica que posibilita el desarrollo de investigaciones. En las FC los farmacéuticos se vinculan mayormente a actividades directivas, de farmacotecnia y suministro que favorecen menos el desarrollo de investigaciones y están sometidos a mayor multiactividad, tal como comunicó Dupotey en su informe de 2013.22

Para propiciar cambios positivos en la calidad de las prestaciones, es imprescindible poder utilizar al máximo la información y el conocimiento, y para ello, es necesario poseer recursos humanos conocedores de la actividad que realizan.

El resultado obtenido sobre la existencia de plan de capacitación y participación en actividades de capacitación, es similar al obtenido por Mateu, González y Sedeño en 2008, en investigación realizada en las FC relacionada con los intereses y motivaciones por la superación.23 En dicha investigación más del 50 % de los profesionales accedían a la superación por gestión propia. Igualmente, se reporta la ausencia de un plan de desarrollo del servicio farmacéutico hospitalario (SFH) a corto o mediano plazo y dificultades con la educación continuada para los recursos humanos. Es fundamental que los farmacéuticos identifiquen las áreas en las que deben reforzar su capacitación, lo que permite trazar planes más ajustados a la realidad.

Los resultados obtenidos en relación con el discernimiento sobre gestión del conocimiento, la identificación de los expertos, la existencia de canales o vías para la socialización y la no contemplación de elementos de GC en los manuales y protocolos de los procesos, apuntan a la necesidad de una revisión de dichos documentos. Para crear nuevos conocimientos, es imprescindible tener acceso al conocimiento ya existente y aprender de las mejores prácticas, solo así se experimentará un verdadero aprendizaje, tanto en el orden personal como organizacional y se podrá brindar servicios de calidad, basados en evidencias científicas que estén orientados tanto al paciente como al medicamento.

En relación con los aspectos que limitan la implementación de la gestión del conocimiento, puede considerarse como un resultado positivo, el hecho de que los farmacéuticos no hayan identificado como factores negativos el poco reconocimiento de la importancia y utilidad de la GC, el poco interés por compartir los conocimientos y la información, la desmotivación hacia la actividad y la escasez de personal.

En conclusión, el diagnóstico realizado permitió identificar que en los SF comunitarios y hospitalarios se presentan algunas acciones aisladas relacionadas con la GC pero se puede afirmar que no está implementado este proceso como tal. Se detectaron dificultades con el acceso a la información y al conocimiento relevante para desarrollar los procesos y limitado acceso a herramientas que permitan la socialización del conocimiento existente y las mejores prácticas.

Se evidenció poca participación en investigaciones científicas, escasa divulgación de los resultados investigativos obtenidos y no se tienen identificados expertos en cada una de las temáticas dentro de los servicios farmacéuticos.

Los farmacéuticos reconocieron la necesidad de la gestión del conocimiento e identificaron las acciones que podrían realizarse para su implementación. Estas, deben ser emprendidas por diferentes actores, tales como las empresas de medicamentos, las direcciones provinciales de salud, el Departamento Nacional de Servicios Farmacéuticos que dirige y controla la actividad en el ámbito comunitario y hospitalario y la activa participación de las universidades.

 

Conflicto de interés

Los autores declaran que no presentan conflicto de interés.

 

REFERENCIAS

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Recibido: 06 de diciembre de 2018.
Aprobado: 06 de enero de 2019.

 

 

Liliana Mateu López
Instituto de Farmacia y Alimentos de la Universidad de La Habana. Calle 222 No. 2317 entre 23y 31, La Coronela, La Lisa. CP 13600. La Habana, Cuba.

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